martes, 19 de junio de 2012

Día de M

Cuándo los días empiezan mal, lo mejor es tomárselo con buen humor, porque la posibilidad de meterte de nuevo en la cama, bypassearlo, y que llegue el siguiente, francamente, es remota. El lunes comenzó el día con la peor noticia del mundo para mí: La chica que nos ayuda en casa, comenzaba sus vacaciones. Horrible. Horroroso. Ansiedad anticipatoria la semana de antes pensando en ese momento. La superabuela que nos echa las 2 manos y los pies, enferma con fiebre en cama. A mi mari le toca en el sorteo llevar a N1 y N2 al cole. Ya vamos apurados. En el garaje, el coche no arranca. Taxi que te pego para llegar en hora. Vuelta en guagua para ahorrar y a esperar a la grúa, que no da señales de vida, hasta que se hace mi mari un café, que se enfría sobre la mesa. Mientras tanto me he olvidado de poner el lavavajillas la noche anterior y estoy fregando mi taza de desayuno, que rompo por que se me escurre. Se levantan N3 y N4 a la vez: teta, bibe, caca, ropa, caca, teta...y yo sin desayunar. Una galleta chupada encima de la mesa se me torna apetitosa y la comparto con un café en otra taza de las pequeñas. A ciencia cierta, con esta dosis de cafeína yo no llego a las 11. Corre a la guarde a llevar a N3 con el koala a bordo. Vuelve corriendo a hacer la compra para hacer la comida. Ya las 12. Me tengo que ir a buscar a N1 y N2. ¿Qué hago con el pollo? ¿Dejo el horno, bajito, puesto? Bueno, pues lo dejo. Me voy caminando con el bebé. Cuando voy a buscar a los niños en coche con el bebé me sale una úlcera. Tercera fila. Pitas. Correcorre con el bebé en brazos. N2 no quiere entrar en el coche. Paso. Caminaaaaaando que me voy. En plena Rambla, con mi bebé en el carrito, 12:30, sol de justicia y viento huracanado del copón. Piso con mi sandalia una caca. Estupendo. Toallita de bebé para limpiarme. Me agacho. Viento huracanado. Sombrilla abierta. Viento en la sombrilla. El carro, al que estoy atada por una abradacera, aparta a correr como una tabla de windsurf y me caigo de boca en la calle. Bien mirado, nadie me ha visto, y no me he caído encima de la caca. Llego al cole. Mochilas. Compra pan que tienen hambre. Volvemos caminando. Pan y un helado. Me da igual pero caminen ya coño que no llegamos nunca. Puerta de mi casa. Porfingraciasadios. El pollo se ha quemado. Y todavía queda toooooooda la tarde.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como lo conozco! .Sobre todo lo del pan y el helado aunque nuego no coman.