martes, 27 de marzo de 2012

El día que Silvia me regaló un post

Hay días que amanecen mejor que otros. Hay días que amanecen con alegría. Son días en los que tienes una mayor reserva de felicidad, que tienes una sonrisa en la boca asomando, dispuesta a aguantar 24 horas. Yo hoy me he levantado así. La historia de mi sonrisa asomada empieza el día que decidí que quería un bolso. Un bolso especial. Un bolso con historia. Un bolso con alma. Un amazona de Loewe. Un amazona es caro como un sueldo de un mes. Una huchita dónde metía lo que podía gastarme y no lo hacía. Los lujos que no me daba para tener mi bolso. Y pasaron los meses. Y llegó el momento en que decidí que me lo merecía. Y me di una vuelta por la 5ª Avda de internet. Y llegué a tu página, Silvia. Y me enamoré. De la página. De cómo lo cuentas. De mi bolso. Correos electrónicos de ida y vuelta y un viernes por la mañana encontré  mi amazona envuelto en un plástico de burbujas sobre la mesa de la cocina. La sensación de la noche de Reyes. Mi amazona con alma delante de mí. Un bolso con historia que viene para ser testigo de la mía. Tengo mi bolso. Pero también encontré a Silvia. Silvia hace muchas cosas que le llevan las 24 horas del días. Es una superwoman. ¿Pero saben qué? Que me ha dedicado un post en su blog. Ha reservado un ratito de su tiempo para dedicarme un post, a mí...a mí!! Estoy contentísima. Tengo mi bolso. Encontré a Silvia. Y tengo un regalo que vale más que el bolso. Mi post en el blog de Silvia.

No hay comentarios: